martes, 2 de agosto de 2022

Así veo yo la Revista de Cazalla. Por Manoli Villegas

 Manoli Villegas, 29 de julio

Presentación Revista de Cazalla 2022

Voy a hablarles de que es la revista de Cazalla para mí, y puede que para muchas otras personas.

Esta revista yo la percibo como una ventana abierta a su tierra para todos aquellos cazalleros que, por una razón u otra, han tenido que irse. Tanto los de nacimiento como los de adopción: aquellos que dejaron un trocito de su corazón en algún rincón de nuestras calles cuando el trabajo, unas vacaciones o el amor quizá, los trajo a convivir un tiempo con nosotros. Una ventana esperada y ansiada año tras año.

También la veo como una ventana al pasado y los recuerdos, gracias a su sección de fotografía antigua. Una sección fundamental que gusta tanto a los que conocieron esos lugares y gentes, como a los curiosos que no alcanzamos a conocer las épocas que nos muestran en cada imagen.

Además es una oportunidad inmejorable para que nos brinden sus conocimientos los historiadores y amantes de las tradiciones, costumbres y enseres locales; aunque a veces sus trabajos nos resulten demasiado “técnicos” a los profanos en tales materias.

Y, por descontado, también la revista es una vía maravillosa para todas esas mentes creativas y sensibles (que en nuestra tierra abundan y de qué manera, y permítanme incluirme aquí) que sin grandes pretensiones aprovechamos el hueco que sus blancas páginas nos ofrecen para compartir nuestras creaciones en prosa y verso.

También sus páginas nos han servido a algunos (unos a mayor escala que otros) para perder el “miedo escénico” y dar el salto final. Pues la revista es, fue y será ese pequeño gran empujón que algunos necesitamos para que nuestras obras trasciendan y salgan al mundo en forma de libro o simplemente seguir escribiendo.

Pero esta revista esconde mucho más, una parte muy importante, y hermosa a su manera, que solo vemos los colaboradores del equipo de redacción, pues la realización de la revista implica compañerismo, tesón, fuerza de voluntad, horas y horas de trabajo voluntario y desinteresado… de robar tiempo de donde no lo hay para corregir, pedir contenido cuando no llega el suficiente, ajustar fechas con maquetadores e imprenta y mil detalles más. También implica algo imprescindible y del todo fundamental para que cada año todo ese esfuerzo de sus frutos: la cooperación, colaboración y apoyo económico de los empresarios locales. Pues que se entere y sepa todo el mundo de una vez que, con esos cuatro euros, que a mas de uno se le hacen excesivos, no alcanza ni de lejos para cubrir los gastos de maquetación e impresión; pero ayudar no les quepa duda que ayudan a lograrlo.

En fin, a todos los que aportan su granito de arena, sea de la forma y tamaño que este sea, incluyendo comprarla, por supuesto, gracias y enhorabuena, porque con ello hacen posible que la revista cultural salga año tras año. Siempre fiel a la cita con sus lectores.

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