domingo, 31 de julio de 2022

La Revista de Cazalla: una década azarosa. Desde 1979 a 1990, año en que nació "El Chorrillo

Antonio Carmona Granado

29-07-2022. Presentación de la Revista de Cazalla.

Salón de Actos de la Casa de la Cultura. Cazalla de la Sierra.


 

INTRODUCCIÓN:

“En 1979, con un lujo editorial y material nunca visto, se cerró una época. La Revista dejó de publicarse hasta 1983. De esa época en adelante, hablaremos en otro momento”.

Con estas palabras acabábamos el pasado verano la breve reseña de una parte de la historia de nuestra Revista. Hoy queremos abordar el período que va de 1979 a 1990, año en que nuestra publicación dejó de ser el único medio de comunicación periódica escrita con que contaba Cazalla. Atrás había quedado la experiencia de La Voz de la Sierra.

Fue éste de los años ochenta un período con mucha “movida”, aunque con menos movilizaciones, por lo menos en el ámbito local. Las Revistas, como es lógico, intentaron adaptarse a los nuevos tiempos. Fueron un reto para las nuevas generaciones que se fueron incorporando a sus páginas. Una época de tanteo, de pruebas de nuevos diseños. No se tenía muy claro el modelo a seguir. Se introdujeron los colores. Hubo un trasiego de imprentas: la Revista salía de Cazalla para su elaboración. Sevilla, Constantina, Zafra, Carmona… Tiempo de experimentos. Algo parecido a la Transición general que se vivía. Una realidad que se llegó a ver reflejada en la publicación. En fin, una década protagonizada por muchos de los que hoy nos encontramos aquí presentes.

 

LA REVISTA DE 1979, el primer experimento, intentó, pero no consiguió, cerrar una época y abrir una nueva etapa. No se acababa con el viejo estilo, a pesar de las innovaciones formales y algunas de contenidos. Es una Revista para analizar con detenimiento.

Para empezar, primer cambio de imprenta (Gráficas del Sur de Sevilla). Papel caro, para lo que estábamos acostumbrado. Portada institucional (escudo de Cazalla con sus garzas). Anuncios publicitarios acumulados al principio y al final de la publicación. Los artículos sin interrupción (tan solo algún reportaje fotográfico en medio, con escasa calidad de reproducción) en las páginas centrales. Páginas que seguían sin enumerar y sin sumario previo.

No hubo entrevista al nuevo Alcalde, Isidoro Salvador Campos, recién elegido por primera vez democráticamente. Se rompía con la tradición.

Si aparecían algunos nuevos contenidos con firmas nuevas de miembros de nuestra Asociación Cultural, que presentaron algunas síntesis de los trabajos expuestos en unas Jornadas de Estudio sobre Cazalla. Además de un nuevo periodista deportivo (M. Calzado). Y también nos encontramos con los que parecían ser muchos pseudónimos (Paulino Avisbal de la Cruz, Gaspar Cid, Héctor Quinta Soler, BI-CAR). Este último (o estos últimos) realizaba una curiosa entrevista, titulada “Pinceladas retrospectivas cazalleras”, en torno a la época de los años veinte, a Antonio Blanco Muñoz, que se acordaba de las tabernas, cafés, Casino, del que había sido botones y conserje, de personajes como los betuneros Bernardo y Tijeras, y de las fiestas de carnaval, entre otras cosas.

Además encontramos firmas de siempre en la Revista: Eleuterio Alegría (con su Crónica de los IV Juegos Florales Escolares, pregonados por Manolo Barrios con evocaciones a José Mª Osuna, en los que obtuvo el 1º Premio Monte Sánchez Carrera, por su trabajo “Pueblo Serrano”), Evaristo López de la Viesca, Pedro Tena, etc. Pero ninguna página dedicada a poesía.

No sabemos la cantidad de ejemplares que se vendieron o se distribuyeron, ni los resultados económicos de la gestión de los editores. Lo cierto es que Gráficas del Sur retuvo el material utilizado en la impresión, sin querer devolverlo hasta que se sufragaran las deudas pendientes de esta edición de 1979.

Con números rojos y sin nuevos promotores que acometiesen la empresa, la Revista tuvo su travesía del desierto. Tres veranos sin publicación. 1980, 1981, 1982,  tres huecos en los anales de Cazalla.

Pero las aguas volvían a su cauce. La “situación” estaba controlada de nuevo. Tras la pasada “tempestad municipal” parecía venir la calma. La nueva calma de las mayorías absolutas, con sus euforias y gente de orden. Se acabó la Transición.

Tres años en el dique seco fueron demasiados para las necesidades de expresión cultural impresa de esta población. Había que volver a la nueva normalidad.

 

Y 1983 tuvo su Revista.

Con una portada llena de simbología reivindicativa: la imagen del antiguo edificio de la Caridad, plumilla dibujada por Manuel Navarro.

La Revista está de estrenos. Una nueva imprenta: Gráficas Alameda. Una nueva técnica de impresión: offset.  Un nuevo grupo editor: Centro Cultural José Mª Osuna. Volvemos al papel de estilo antiguo.

Un denso y variado sumario con títulos y autores. Páginas numeradas: 124, con anuncios incluidos, que se intercalan entre los artículos.

La Editorial concibe la Revista como patrimonio cultural de Cazalla de la Sierra, homenajeando a los que nos precedieron en la tarea.

Sánchez Chamorro nos recuerda la figura literaria de José Mª Osuna.

Vuelve, ahora sí, la entrevista al recién estrenado Alcalde (lo era desde mayo), Ángel Rodríguez de la Borbolla, con mayoría absoluta (9+3+1), con una corporación de caras conocidas, que nos describe una situación “caótica” del Ayuntamiento y enumera los posibles proyectos.

El problema del agua (se habían pasado tres años de sequía) es tratado por el Concejal encargado: el pantano como solución en el horizonte.

Las cooperativas COCINCA  y ASINCAR nos presentan sus trabajos, desvelos e ilusiones. También deja sus declaraciones sobre la economía de la comarca, Ricardo Sánchez de la Morena, como Director General de IPIA. Y el ingeniero agroecólogo francés Jean Vacher nos habla sobre nuestras dehesas en el entorno del paisaje mediterráneo.

Entre otros temas culturales se tratan sobre la declaración de la Parroquia como Monumento Histórico Artístico de carácter nacional, sobre el funcionamiento de nuestra Biblioteca Pública, sobre antiguos músicos, sobre nuestros Archivos…

Los Juegos Florales y la Poesía también tienen el lugar que les corresponde, con Ramón Guerrero y Monte Sánchez Carrera. Las Sevillanas de Amador Domínguez para ser cantadas en Romería. Y los efluvios de Carnaval por José Manuel Fernández.

Carlos Carrera nos habla de la situación de todos los deportes en Cazalla. Y se escribe una pequeña historia de la Sociedad de Cazadores.

Y también se da cuenta de otras historias Cazalla, en el espacio y en el Tiempo. Y también acudieron a estas páginas colaboradores de siempre como Carlos Lora y Evaristo de la Viesca.

En fin, una revista muy decente que presagiaba un futuro prometedor.

 

Efectivamente, la Revista de 1983 no quedó como una isla. Le siguió la de 1984 como una experiencia nuevamente consolidada. La Revista volvía ser impresa en la Sierra, a cargo de Imprenta GAMO de Constantina, en la calleja de la Vinagra, con la colaboración de materiales de Imprenta Neguillo.

Una magnífica portada de fondo blanco de paz y letras verdes y de leve trazo con palomas y garza en simbiosis sobre una femenina alegoría de Cazalla de la Sierra. Arte generoso y sencillo a raudales.

Sumario, aunque páginas sin numerar. Anuncios intercalados entre artículos. Mucha letra en negrita.

Vuelve la entrevista al Sr. Alcalde, en su segundo año de mandato: un año de balance. Dineros en millones de pesetas, inversiones y deudas. Obras, muchas obras: “El Topo”, dice él que le llaman. Foto de la candidatura del PSOE: antiguos y nuevos concejales. Del Hospital Subcomarcal se pasa a la ampliación y reforma del Ambulatorio. Y las viviendas. Y el agua que sigue con la idea del pantano al fondo. Y la enseñanza: municipalización de la Escuela de D. Leonardo. Y el Paro: con un alegato a la “moralidad de los trabajadores que no declaran las peonadas”.

Continúa la crónica del año: “Cazalla en la memoria”.

Artículos agrosociales.

La pasada sequía de 1980-1983, la más pertinaz en 50 años:: 31 meses secos.

Antiguos molinos y antiguos oficios.

El poeta Antonio Aparicio regresa a nuestras páginas con José Mª Martín Cornello. Y también “La Reparación Histórica” republicana.

Muchos colaboradores nuevos y jóvenes (Indalecio Bernal, Manuel Yanes, Juan Carlos Falcón, Paco Gil…).

Y muchas poesías, muchas y variadas poesías… a Cazalla. Amador, una vez más, y su “sevillana” para el 10º aniversario de la muerte de José Mª Osuna.

“Erase una vez Cazalla”, el escudo de piedra de los Juzgados, el deán López-Cepero de Regla Merchán, entre los artículos de Historia.

La foto de la Banda del Cura de 1929, con los nombres de todos sus integrantes. Y el Aula de Música. Y la fiesta en Cazalla.

Joaquín García “El Cazalla”, que se ha ido este año, escribía “Desde mi aposento”.

Y Chicho reflexionando como “maestro forastero”.

Para cerrar con foto y párrafo para el recuerdo del 10º aniversario de la muerte de José Mª Osuna.

 

El caminar de la Revista parecía firme en 1985. Hasta tal punto, lo daba a entender su portada a todo color, con el contraluz del atardecer a través de la espadaña de San Francisco. Y hasta tal punto, que se  intenta lanzar la Revista al ámbito comarcal, asunto en boga por aquellos años. Así se reflejaba en su Editorial, en la que aparece por vez primera la reivindicación del nombre de “Sierra Morena de Sevilla”.

En un Sumario, detallado y completo, aparecían diversos artículos sobre otros pueblos de la Comarca. Sánchez Chamorro, por ejemplo, ya presente el pasado año, nos maravillaba con su “Muerte del Dios”. Carlos Lora, Antonio Serrano, una interesante entrevista con López Redondo, criador de vinos de Constantina, y un evocador “Cerro de la chatarra y de la luna”, con la sensibilidad de Dalmiro García.

Y también muchos artículos locales:

“Lo nuestro”, como crónica anual, de Juan Teyssiere.

La ecología se hace presente y permanente, con Jorge Damián Llave y Salvador Jiménez.

Carlos Tena volvía con sus terceras “Pinceladas retrospectivas”, dedicadas a La Plazuela, con los “Cuatro Cantillos”, la taberna de Cantero y su famoso “pájaro”, el Casino y sus veladores y el ambiente general de la calle con sus establecimientos. [Sería interesante reproducir algún día en El Chorrillo].

Rafael Cortijo reclamaba la vuelta de “La Voz de la Sierra”, pues entonces todavía ni se intuía El Chorrillo.

La figura de José Mª Osuna era tratada por un tal “Juan Pérez Sotomayor” en su “eterna contradicción”. [Trabajo a recuperar para la polémica]

Y un derruido San Benito se reivindicó como “centro de antiguas ferias”.

Se incorporan más nuevos jóvenes escritores.

Poemas muy variados. Y Amador Domínguez nos mandó apasionado su pregón romero desde Villarromana.

Volvió a desaparecer la entrevista al Alcalde.

 

Y cuando la Revista parecía segura y consolidada, “dimes y diretes” y una soterrada crisis institucional de la Asociación Cultural, hacen que falle la edición de 1986. La Revista queda desamparada. Cazalla vuelve a quedarse sin su Revista. ¡Vaya año!: España realiza su entrada efectiva en Europa, el polémico Referéndum de la OTAN, el gol de Butragueño en el mundial de México con su supuesto mensaje subliminal. El desastre de Chernóbil y el avistamiento del cometa Halley. Pero de Cazalla tan solo nos quedó lo recogido en los Archivos y en la memoria personal.

 

Así, llegamos a 1987 y volvemos a reencontrarnos con nuestra Revista, un poco escuálida con 64 páginas, y con una portada de un Judío en sepia, radiante y todavía escaso de árboles.

Otra imprenta, esta vez extremeña (“Rayego” de Zafra) se encarga de su publicación.

Un Sumario breve, con 16 apartados, incluyendo Editorial y Poesías en bloque. Páginas numeradas.

En la Editorial quedaron recogidas algunas de las circunstancias que explicaban la laguna del pasado año, así como la presencia de una nueva entidad patrocinadora (la Obra Cultural del Monte), y la referencia a los jóvenes que acometieron la dirección de esta nueva edición.

Vuelve la entrevista al Alcalde, Ángel Rodríguez de la Borbolla, reelegido recientemente por una mayoría más absoluta todavía (11 concejales y 2 AP), que nos habla de sus realizaciones y proyectos. El corcho hace acto de presencia, las frambuesas de la Atalaya, el aumento de las peonadas en Upa y Palmilla, las nuevas viviendas (31+13+50), las mejoras en las carreteras, el saneamiento de los edificios municipales, el tejamiento de las viviendas de Santa Clara, las “inversiones” en la Cartuja. Y en el horizonte, el Pantano del Sotillo una vez más, la carretera Cantillana-El Pedroso, la promoción del turismo… y las polémicas obras de la Plaza Mayor y la Biblioteca.

También se escribe sobre la dedicación de los cazalleros en el siglo XVIII. J. Manuel Reyes Brito reflexionaba sobre los comportamientos y compromisos sociales de los cazalleros del momento.

CORSINOSA y CORTANSA en palabras de José Luís Mascort.

Las “niñas del barro” y sus ilusiones de Mª Carmen Blanco.

Se escribía sobre “la nueva asistencia sanitaria”  y social, y Carlos Tena, muy precursor, arremetía contra los humos de los fumadores y con, GRESINS, contra la degradación de las riberas del Huezna.

Leíamos párrafos reivindicativos sobre la apertura de la Biblioteca, de Monte Sánchez, y sobre las “Fuentes”, de Rafael Cortijo, dirigiéndose al Concejal de Cultura. Y Antonio Reyes nos dejaba interesantes ideas sobre aquella democracia “desvalida”.

De la remodelación de la Plaza Mayor, escribía el arquitecto Fernando Villanueva Sandino, “mirando al sur”, poniendo en valor la “acrópolis”, base del nuevo proyecto: adiós a la plaza civil.

En total, 30 páginas de textos, incluyendo Sumario y Editorial.

 

En la Revista de 1988, retomando el diseño de 1985, se vuelve a Imprenta GAMO. Se ha perdido la enumeración de páginas. Se gana en volumen. Unas 65 páginas de contenidos, muy densas, de letra pequeña.

El Kiosko de la Música en la portada y en la 3ª página el azulejo de la Virgen del Monte abriendo los programas de festejos. La Editorial se congratula de poder continuar con la “tradición” de sacar la Revista, consciente de las limitaciones de sus editores, insistiéndose en que es el único medio de comunicación escrito de Cazalla.

Densa es la entrevista con el Alcalde, con comentarios en off de los entrevistadores como novedad. También, como novedad, se da cabida a las palabras de la oposición minoritaria del concejal de A.P.

Tres artículos variados de historia de Cazalla: San Agustín, su fundación; El Pintado, su proyecto y construcción; y la Barriada del Carmen: “un problema resuelto”.

Muchos asuntos de actualidad: Semana del Libro, I Mercado Turístico Comarcal, Anécdotas-ficción sobre la Plaza Mayor, los columpios del Moro proyectados por los ingleses de Trassierra. Rafael Cortijo recordando el “¿Es verdad?” de la Voz de la Sierra. Las zonas verdes y volvieron las lluvias por Salvador Jiménez. Y a vueltas con el corcho por Héctor Morell.

La crítica literaria de calidad nos llegaba, una vez más, de la mano de Sánchez Chamorro que nos presentaba las Obras Completas de José Mª Osuna. Y nos dejaba también “La mujer de negro”. Un “aficionado” se quejaba del desconocimiento del flamenco. Y Juan Carlos Falcón nos volvía a emocionar con sus “fantasías” histórico-novelescas.

KTNA seguía con su campaña antitabaco, todavía poco fructífera.

Volvía el Cazalla Balompié a la Revista y a Primera Regional.

Carmelo y Guadi se unían en “La Escuela, motor de educación sanitaria”. La Asamblea de la Cruz Roja en Cazalla.

El Pregón del Carnaval con José Luis Mascort. Y las páginas de poesías, con un debutante de lujo: Antonio Parrón.

 

Llegamos al nº 43 de la Revista de Cazalla, año 1989. Una nueva imprenta: CARMOGRAF, de la calle Siete Revueltas en Carmona. Un formato más alargado de lo habitual. Papel brillante.

En la portada, a todo color, la fachada de la ermita del Monte. También se llena de color su interior. Sumario sin páginas y sin nombres de autores. Páginas sin numerar.

La Editorial nos habla, un poco crípticamente, de manos y de los colores de las manos.

Desde la Delegación de Información del Ayuntamiento se hace balance, a modo de paseo, de los últimos “Seis años de Gestión Municipal (1983-1989)”, del “Ayuntamiento Socialista”, como dice y repite el artículo, como sustitutivo de las tradicionales y “frías” entrevistas al Alcalde. Todos son parabienes. Cazalla en marcha.

Manuel Domínguez nos presentaba El Carmen y las transformaciones realizadas en toda la zona norte de la población. También se daban a conocer algunas anécdotas históricas sobre la Fuente de las Monjas y el Kiosko de la Música. Y sobre los lugares cazalleros del Libro de la Montería.

Cantos a Sierra Morena y a la Fiesta del Libro.

Desde la Ecología se arremete contra El Cabril y se apuesta por el Parque Natural (M. Hurtado). Y desde otras instancias se intenta dar una definición directa y sencilla de lo que es y de lo que debe ser un Ayuntamiento Democrático (Monte Sánchez). Y, por otra parte, aparece la “Crítica Positiva”, y desde ella se impele a “no tragar”, y a no dejarse “avasallar”, a criticar lo que no nos parezca bien (J.C. Falcón).

Se da a conocer el libro “Alanís entre la Historia y la Leyenda”, de Carlos Lora, su pueblo.

Jorge Damián Llave cambia de tercio y nos describe el viejo sentido de los Juegos Florales. Y José M. Reyes Brito, en su “Querencia”,   seguía ofreciéndonos reflexiones de profundo calado sobre la vida social. Rafael Cortijo, desde Menorca para Cazalla, entre el ensueño y la crítica. José Mª Portero recuerda a Oscar Nogales Pacheco y su solitaria y anticonvencional  “inutilidad”.

Cuatro páginas de poemas de Parrón, Paco González, Manolo Yanes y el constante Jesús Alonso Venegas.

Y, una vez más, Sánchez Chamorro nos transportaba a su fantasía de letra apretada con Idilliana. Javier de Tena y J.C. Falcón también nos llevaban por el camino de la ficción.

Cerraba la Revista una novedosa sección de vistas panorámicas de Cazalla, no reproducidas con suficiente nitidez.

En total unas 45 páginas de texto, más las cinco citadas de material gráfico, unidas a las 45 de publicidad, con sus portadas y contraportadas, conformaron esta Revista.

 

Y, doblando el decenio, nos encontramos con la Revista de 1990. Es la Revista de la Portada de los tejados de Cazalla, vistos desde la torre de la parroquia.

El formato se reduce, como tanteando, en busca de un modelo definitivo. CARMOGRAF sigue con la impresión.. El color ya lo inunda todo.

El Sumario, más completo, con títulos y autores, aunque seguimos sin paginación. Editorial un tanto extraña, anómala, en el sentido de aparecer firmada nominalmente por el Presidente del Centro Cultural. Abordando críticas, autocríticas, solicitando apoyo colectivo y reconocimiento para el esfuerzo y la labor de quienes hacen la Revista.

Muchos y variados artículos. Entre lo oficial, la crítica y lo creativo.

Los “temas locales” de Manuel Domínguez tratan sobre el abastecimiento de agua potable a la población, su historia y el soñado proyecto del Pantano del Sotillo. José Mª Pérez nos habla de cómo era el alumbrado público a principios del siglo XX. Jorge Damián Llave lo hacía sobre El Pintado. Y también se contaban algunas anécdotas sobre fiestas con toros en Cazalla en el siglo XIX.

La Granja-Escuela se está poniendo en marcha. Exhaustivamente, se informa sobre los Morales: situación, diagnóstico y recomendaciones. Y se escribe sobre las vías pecuarias: enumeración, descripción y detalles. Y también sobre la declaración del Parque Natural de la Sierra Norte, legislación y características, con la sugerencia de que cambie su nombre por el de “Sierra Morena de Sevilla”. Por otra parte, siguiendo con la naturaleza, se da cuenta de actos de vandalismo contra la riqueza cinegética.

La Escuela Taller y sus logros seguía siendo protagonista de nuestras páginas y se anunciaba el Centro de Educación de Adultos.

Una interesante entrevista a las “niñas de la Cooperativa” de los pantalones (otra más), en la que se daba a conocer al pueblo la intensidad y características del trabajo que realizaban en su empresa. Y unos “Desocupados” dialogaban repasando las obras y otros asuntos de la actualidad local. También algún “Desvelado” exponía sus críticas a la ruidosa madrugada cazallera: la “movida” controló la calle.

Otros resaltaban las excelencias y la necesidad del Carnaval en auge. Alguien, reflexionando sobre las cosas que no estaban de moda, hacía cierto panegírico de Vallejo- Nájera: todavía no se habían difundido los “logros” de sus investigaciones filonazis.

También se  traían a colación recuerdos infantiles de unas traumáticas primeras experiencias escolares.

Se escribió, vocativa y místicamente, sobre la Semana Mayor, la parroquia cerrada y otras referencias evangélicas. Y, en diálogos psicológicos, sobre las relaciones personales, con tinte radiofónico.

Manuel Sánchez Chamorro nos volvía a regalar otro impresionante y magistral relato de nuestra Sierra: “La soga del ahorcado”.

Y un pleno municipal, ficticio y satírico, anónimo, de lírica no muy conseguida.

Críticas, directas y fotográficas, a la situación del Polideportivo. Y sobre la prohibición de jugar al ajedrez en cierto establecimiento público de hostelería.

La poesía siguió brillando en las estrofas de nuestros poetas y de nuestras poetisas, así como en algunas de las fotografías a todo color de Guillermo Hidalgo.

Manuel Carlos Pérez nos presentaba un amplio y detallado estudio sobre los peces de los ríos y riveras de Cazalla y su Comarca.

Y, al final, un elemento curioso jamás visto en nuestra publicación: una encuesta del Centro Cultural José Mª Osuna (los editores) para ser respondida por los lectores y colaboradores de la Revista, en la que recabar su opinión de cara a una mejora en su diseño. Ignoramos cuántas llegaron a ser contestadas y recogidas y en qué sentido pudieron modificar las siguientes publicaciones y, en general, la labor de comunicación de la Asociación Cultural.

Lo cierto es que, a finales de ese mismo mes de agosto, salía a la luz el primer número de “El Chorrillo”, editado por esta Asociación, y que hoy, después de 32 años sigue, mes a mes, entre nosotros, hermanado con nuestra Revista.

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