Antonio Carmona Granado
Salón de Actos de la Casa de la Cultura. Cazalla de la Sierra.
INTRODUCCIÓN:
“En 1979, con un lujo editorial y material nunca visto, se cerró
una época. La Revista dejó de publicarse hasta 1983. De esa época en adelante,
hablaremos en otro momento”.
Con estas palabras acabábamos el pasado verano la breve reseña de
una parte de la historia de nuestra Revista. Hoy queremos abordar el período
que va de 1979 a 1990, año en que nuestra publicación dejó de ser el único
medio de comunicación periódica escrita con que contaba Cazalla. Atrás había
quedado la experiencia de La Voz de la
Sierra.
Fue éste de los años ochenta un período con mucha “movida”, aunque
con menos movilizaciones, por lo menos en el ámbito local. Las Revistas, como
es lógico, intentaron adaptarse a los nuevos tiempos. Fueron un reto para las
nuevas generaciones que se fueron incorporando a sus páginas. Una época de
tanteo, de pruebas de nuevos diseños. No se tenía muy claro el modelo a seguir.
Se introdujeron los colores. Hubo un trasiego de imprentas: la Revista salía de
Cazalla para su elaboración. Sevilla, Constantina, Zafra, Carmona… Tiempo de
experimentos. Algo parecido a la Transición general que se vivía. Una realidad
que se llegó a ver reflejada en la publicación. En fin, una década
protagonizada por muchos de los que hoy nos encontramos aquí presentes.
LA REVISTA
DE 1979, el primer experimento, intentó,
pero no consiguió, cerrar una época y abrir una nueva etapa. No se acababa con
el viejo estilo, a pesar de las innovaciones formales y algunas de contenidos. Es
una Revista para analizar con detenimiento.
Para empezar, primer cambio de imprenta (Gráficas del Sur de
Sevilla). Papel caro, para lo que estábamos acostumbrado. Portada institucional
(escudo de Cazalla con sus garzas). Anuncios publicitarios acumulados al
principio y al final de la publicación. Los artículos sin interrupción (tan
solo algún reportaje fotográfico en medio, con escasa calidad de reproducción)
en las páginas centrales. Páginas que seguían sin enumerar y sin sumario
previo.
No hubo entrevista al nuevo Alcalde, Isidoro Salvador Campos, recién
elegido por primera vez democráticamente. Se rompía con la tradición.
Si aparecían algunos nuevos contenidos con firmas nuevas de
miembros de nuestra Asociación Cultural, que presentaron algunas síntesis de
los trabajos expuestos en unas Jornadas de Estudio sobre Cazalla. Además de un
nuevo periodista deportivo (M. Calzado). Y también nos encontramos con los que
parecían ser muchos pseudónimos (Paulino Avisbal de la Cruz, Gaspar Cid, Héctor
Quinta Soler, BI-CAR). Este último (o estos últimos) realizaba una curiosa
entrevista, titulada “Pinceladas retrospectivas cazalleras”, en torno a la
época de los años veinte, a Antonio Blanco Muñoz, que se acordaba de las
tabernas, cafés, Casino, del que había sido botones y conserje, de personajes
como los betuneros Bernardo y Tijeras, y de las fiestas de carnaval, entre
otras cosas.
Además encontramos firmas de siempre en la Revista: Eleuterio
Alegría (con su Crónica de los IV Juegos Florales Escolares, pregonados por
Manolo Barrios con evocaciones a José Mª Osuna, en los que obtuvo el 1º Premio
Monte Sánchez Carrera, por su trabajo “Pueblo Serrano”), Evaristo López de la
Viesca, Pedro Tena, etc. Pero ninguna página dedicada a poesía.
No sabemos la cantidad de ejemplares que se vendieron o se
distribuyeron, ni los resultados económicos de la gestión de los editores. Lo
cierto es que Gráficas del Sur retuvo el material utilizado en la impresión,
sin querer devolverlo hasta que se sufragaran las deudas pendientes de esta
edición de 1979.
Con números rojos y sin nuevos promotores que acometiesen la
empresa, la Revista tuvo su travesía del desierto. Tres veranos sin
publicación. 1980, 1981, 1982, tres
huecos en los anales de Cazalla.
Pero las aguas volvían a su cauce. La “situación” estaba
controlada de nuevo. Tras la pasada “tempestad municipal” parecía venir la
calma. La nueva calma de las mayorías absolutas, con sus euforias y gente de
orden. Se acabó la Transición.
Tres años en el dique seco fueron demasiados para las necesidades
de expresión cultural impresa de esta población. Había que volver a la nueva
normalidad.
Y 1983 tuvo
su Revista.
Con una portada llena de simbología reivindicativa: la imagen del
antiguo edificio de la Caridad, plumilla dibujada por Manuel Navarro.
La Revista está de estrenos. Una nueva imprenta: Gráficas Alameda.
Una nueva técnica de impresión: offset.
Un nuevo grupo editor: Centro Cultural José Mª Osuna. Volvemos al papel
de estilo antiguo.
Un denso y variado sumario con títulos y autores. Páginas
numeradas: 124, con anuncios incluidos, que se intercalan entre los artículos.
La Editorial concibe la Revista como patrimonio cultural de
Cazalla de la Sierra, homenajeando a los que nos precedieron en la tarea.
Sánchez Chamorro nos recuerda la figura literaria de José Mª
Osuna.
Vuelve, ahora sí, la entrevista al recién estrenado Alcalde (lo
era desde mayo), Ángel Rodríguez de la Borbolla, con mayoría absoluta (9+3+1),
con una corporación de caras conocidas, que nos describe una situación
“caótica” del Ayuntamiento y enumera los posibles proyectos.
El problema del agua (se habían pasado tres años de sequía) es
tratado por el Concejal encargado: el pantano como solución en el horizonte.
Las cooperativas COCINCA y
ASINCAR nos presentan sus trabajos, desvelos e ilusiones. También deja sus
declaraciones sobre la economía de la comarca, Ricardo Sánchez de la Morena,
como Director General de IPIA. Y el ingeniero agroecólogo francés Jean Vacher
nos habla sobre nuestras dehesas en el entorno del paisaje mediterráneo.
Entre otros temas culturales se tratan sobre la declaración de la
Parroquia como Monumento Histórico Artístico de carácter nacional, sobre el funcionamiento
de nuestra Biblioteca Pública, sobre antiguos músicos, sobre nuestros Archivos…
Los Juegos Florales y la Poesía también tienen el lugar que les
corresponde, con Ramón Guerrero y Monte Sánchez Carrera. Las Sevillanas de
Amador Domínguez para ser cantadas en Romería. Y los efluvios de Carnaval por
José Manuel Fernández.
Carlos Carrera nos habla de la situación de todos los deportes en
Cazalla. Y se escribe una pequeña historia de la Sociedad de Cazadores.
Y también se da cuenta de otras historias Cazalla, en el espacio y
en el Tiempo. Y también acudieron a estas páginas colaboradores de siempre como
Carlos Lora y Evaristo de la Viesca.
En fin, una revista muy decente que presagiaba un futuro
prometedor.
Efectivamente, la Revista de 1983 no quedó como una isla. Le
siguió la de 1984 como una experiencia
nuevamente consolidada. La Revista volvía ser impresa en la Sierra, a cargo
de Imprenta GAMO de Constantina, en la calleja de la Vinagra, con la
colaboración de materiales de Imprenta Neguillo.
Una magnífica portada de fondo blanco de paz y letras verdes y de
leve trazo con palomas y garza en simbiosis sobre una femenina alegoría de
Cazalla de la Sierra. Arte generoso y sencillo a raudales.
Sumario, aunque páginas sin numerar. Anuncios intercalados entre
artículos. Mucha letra en negrita.
Vuelve la entrevista al Sr. Alcalde, en su segundo año de mandato:
un año de balance. Dineros en millones de pesetas, inversiones y deudas. Obras,
muchas obras: “El Topo”, dice él que le llaman. Foto de la candidatura del
PSOE: antiguos y nuevos concejales. Del Hospital Subcomarcal se pasa a la
ampliación y reforma del Ambulatorio. Y las viviendas. Y el agua que sigue con
la idea del pantano al fondo. Y la enseñanza: municipalización de la Escuela de
D. Leonardo. Y el Paro: con un alegato a la “moralidad de los trabajadores que
no declaran las peonadas”.
Continúa la crónica del año: “Cazalla en la memoria”.
Artículos agrosociales.
La pasada sequía de 1980-1983, la más pertinaz en 50 años:: 31 meses
secos.
Antiguos molinos y antiguos oficios.
El poeta Antonio Aparicio regresa a nuestras páginas con José Mª
Martín Cornello. Y también “La Reparación Histórica” republicana.
Muchos colaboradores nuevos y jóvenes (Indalecio Bernal, Manuel
Yanes, Juan Carlos Falcón, Paco Gil…).
Y muchas poesías, muchas y variadas poesías… a Cazalla. Amador,
una vez más, y su “sevillana” para el 10º aniversario de la muerte de José Mª
Osuna.
“Erase una vez Cazalla”, el escudo de piedra de los Juzgados, el
deán López-Cepero de Regla Merchán, entre los artículos de Historia.
La foto de la Banda del Cura de 1929, con los nombres de todos sus
integrantes. Y el Aula de Música. Y la fiesta en Cazalla.
Joaquín García “El Cazalla”, que se ha ido este año, escribía
“Desde mi aposento”.
Y Chicho reflexionando como “maestro forastero”.
Para cerrar con foto y párrafo para el recuerdo del 10º
aniversario de la muerte de José Mª Osuna.
El caminar
de la Revista parecía firme en 1985. Hasta tal
punto, lo daba a entender su portada a todo color, con el contraluz del
atardecer a través de la espadaña de San Francisco. Y hasta tal punto, que
se intenta lanzar la Revista al ámbito comarcal,
asunto en boga por aquellos años. Así se reflejaba en su Editorial, en la que aparece por vez primera la reivindicación
del nombre de “Sierra Morena de Sevilla”.
En un Sumario, detallado y completo, aparecían diversos artículos
sobre otros pueblos de la Comarca. Sánchez Chamorro, por ejemplo, ya presente
el pasado año, nos maravillaba con su “Muerte del Dios”. Carlos Lora, Antonio
Serrano, una interesante entrevista con López Redondo, criador de vinos de
Constantina, y un evocador “Cerro de la chatarra y de la luna”, con la
sensibilidad de Dalmiro García.
Y también muchos artículos locales:
“Lo nuestro”, como crónica anual, de Juan Teyssiere.
La ecología se hace presente y permanente, con Jorge Damián Llave
y Salvador Jiménez.
Carlos Tena volvía con sus terceras “Pinceladas retrospectivas”,
dedicadas a La Plazuela, con los “Cuatro Cantillos”, la taberna de Cantero y su
famoso “pájaro”, el Casino y sus veladores y el ambiente general de la calle
con sus establecimientos. [Sería interesante reproducir algún día en El
Chorrillo].
Rafael Cortijo reclamaba la vuelta de “La Voz de la Sierra”, pues
entonces todavía ni se intuía El Chorrillo.
La figura de José Mª Osuna era tratada por un tal “Juan Pérez
Sotomayor” en su “eterna contradicción”. [Trabajo a recuperar para la polémica]
Y un derruido San Benito se reivindicó como “centro de antiguas
ferias”.
Se incorporan más nuevos jóvenes escritores.
Poemas muy variados. Y Amador Domínguez nos mandó apasionado su
pregón romero desde Villarromana.
Volvió a desaparecer la entrevista al Alcalde.
Y cuando la Revista parecía segura y consolidada, “dimes y
diretes” y una soterrada crisis institucional de la Asociación Cultural, hacen que falle la edición de 1986. La
Revista queda desamparada. Cazalla vuelve a quedarse sin su Revista. ¡Vaya año!:
España realiza su entrada efectiva en Europa, el polémico Referéndum de la OTAN,
el gol de Butragueño en el mundial de México con su supuesto mensaje
subliminal. El desastre de Chernóbil y el avistamiento del cometa Halley. Pero
de Cazalla tan solo nos quedó lo recogido en los Archivos y en la memoria
personal.
Así,
llegamos a 1987 y volvemos a reencontrarnos con
nuestra Revista, un poco escuálida con 64 páginas, y con una portada de un
Judío en sepia, radiante y todavía escaso de árboles.
Otra imprenta, esta vez extremeña (“Rayego” de Zafra) se encarga
de su publicación.
Un Sumario breve, con 16 apartados, incluyendo Editorial y Poesías
en bloque. Páginas numeradas.
En la Editorial quedaron recogidas algunas de las circunstancias
que explicaban la laguna del pasado año, así como la presencia de una nueva
entidad patrocinadora (la Obra Cultural del Monte), y la referencia a los
jóvenes que acometieron la dirección de esta nueva edición.
Vuelve la entrevista al Alcalde, Ángel Rodríguez de la Borbolla,
reelegido recientemente por una mayoría más absoluta todavía (11 concejales y 2
AP), que nos habla de sus realizaciones y proyectos. El corcho hace acto de
presencia, las frambuesas de la Atalaya, el aumento de las peonadas en Upa y
Palmilla, las nuevas viviendas (31+13+50), las mejoras en las carreteras, el
saneamiento de los edificios municipales, el tejamiento de las viviendas de
Santa Clara, las “inversiones” en la Cartuja. Y en el horizonte, el Pantano del
Sotillo una vez más, la carretera Cantillana-El Pedroso, la promoción del
turismo… y las polémicas obras de la Plaza Mayor y la Biblioteca.
También se escribe sobre la dedicación de los cazalleros en el
siglo XVIII. J. Manuel Reyes Brito reflexionaba sobre los comportamientos y
compromisos sociales de los cazalleros del momento.
CORSINOSA y CORTANSA en palabras de José Luís Mascort.
Las “niñas del barro” y sus ilusiones de Mª Carmen Blanco.
Se escribía sobre “la nueva asistencia sanitaria” y social, y Carlos Tena, muy precursor,
arremetía contra los humos de los fumadores y con, GRESINS, contra la
degradación de las riberas del Huezna.
Leíamos párrafos reivindicativos sobre la apertura de la
Biblioteca, de Monte Sánchez, y sobre las “Fuentes”, de Rafael Cortijo, dirigiéndose
al Concejal de Cultura. Y Antonio Reyes nos dejaba interesantes ideas sobre
aquella democracia “desvalida”.
De la remodelación de la Plaza Mayor, escribía el arquitecto
Fernando Villanueva Sandino, “mirando al sur”, poniendo en valor la
“acrópolis”, base del nuevo proyecto: adiós a la plaza civil.
En total, 30 páginas de textos, incluyendo Sumario y Editorial.
En la
Revista de 1988, retomando el diseño de 1985, se
vuelve a Imprenta GAMO. Se ha perdido la enumeración de páginas. Se gana en
volumen. Unas 65 páginas de contenidos, muy densas, de letra pequeña.
El Kiosko de la Música en la portada y en la 3ª página el azulejo
de la Virgen del Monte abriendo los programas de festejos. La Editorial se
congratula de poder continuar con la “tradición” de sacar la Revista,
consciente de las limitaciones de sus editores, insistiéndose en que es el
único medio de comunicación escrito de Cazalla.
Densa es la entrevista con el Alcalde, con comentarios en off de
los entrevistadores como novedad. También, como novedad, se da cabida a las
palabras de la oposición minoritaria del concejal de A.P.
Tres artículos variados de historia de Cazalla: San Agustín, su
fundación; El Pintado, su proyecto y construcción; y la Barriada del Carmen:
“un problema resuelto”.
Muchos asuntos de actualidad: Semana del Libro, I Mercado
Turístico Comarcal, Anécdotas-ficción sobre la Plaza Mayor, los columpios del
Moro proyectados por los ingleses de Trassierra. Rafael Cortijo recordando el
“¿Es verdad?” de la Voz de la Sierra. Las zonas verdes y volvieron las lluvias
por Salvador Jiménez. Y a vueltas con el corcho por Héctor Morell.
La crítica literaria de calidad nos llegaba, una vez más, de la
mano de Sánchez Chamorro que nos presentaba las Obras Completas de José Mª
Osuna. Y nos dejaba también “La mujer de negro”. Un “aficionado” se quejaba del
desconocimiento del flamenco. Y Juan Carlos Falcón nos volvía a emocionar con
sus “fantasías” histórico-novelescas.
KTNA seguía con su campaña antitabaco, todavía poco fructífera.
Volvía el Cazalla Balompié a la Revista y a Primera Regional.
Carmelo y Guadi se unían en “La Escuela, motor de educación
sanitaria”. La Asamblea de la Cruz Roja en Cazalla.
El Pregón del Carnaval con José Luis Mascort. Y las páginas de
poesías, con un debutante de lujo: Antonio Parrón.
Llegamos al
nº 43 de la Revista de Cazalla, año 1989.
Una nueva imprenta: CARMOGRAF, de la calle Siete Revueltas en Carmona. Un
formato más alargado de lo habitual. Papel brillante.
En la portada, a todo color, la fachada de la ermita del Monte.
También se llena de color su interior. Sumario sin páginas y sin nombres de
autores. Páginas sin numerar.
La Editorial nos habla, un poco crípticamente, de manos y de los
colores de las manos.
Desde la Delegación de Información del Ayuntamiento se hace
balance, a modo de paseo, de los últimos “Seis años de Gestión Municipal (1983-1989)”,
del “Ayuntamiento Socialista”, como dice y repite el artículo, como sustitutivo
de las tradicionales y “frías” entrevistas al Alcalde. Todos son parabienes.
Cazalla en marcha.
Manuel Domínguez nos presentaba El Carmen y las transformaciones
realizadas en toda la zona norte de la población. También se daban a conocer
algunas anécdotas históricas sobre la Fuente de las Monjas y el Kiosko de la
Música. Y sobre los lugares cazalleros del Libro de la Montería.
Cantos a Sierra Morena y a la Fiesta del Libro.
Desde la Ecología se arremete contra El Cabril y se apuesta por el
Parque Natural (M. Hurtado). Y desde otras instancias se intenta dar una
definición directa y sencilla de lo que es y de lo que debe ser un Ayuntamiento
Democrático (Monte Sánchez). Y, por otra parte, aparece la “Crítica Positiva”,
y desde ella se impele a “no tragar”, y a no dejarse “avasallar”, a criticar lo
que no nos parezca bien (J.C. Falcón).
Se da a conocer el libro “Alanís entre la Historia y la Leyenda”,
de Carlos Lora, su pueblo.
Jorge Damián Llave cambia de tercio y nos describe el viejo
sentido de los Juegos Florales. Y José M. Reyes Brito, en su “Querencia”, seguía
ofreciéndonos reflexiones de profundo calado sobre la vida social. Rafael
Cortijo, desde Menorca para Cazalla, entre el ensueño y la crítica. José Mª
Portero recuerda a Oscar Nogales Pacheco y su solitaria y anticonvencional “inutilidad”.
Cuatro páginas de poemas de Parrón, Paco González, Manolo Yanes y
el constante Jesús Alonso Venegas.
Y, una vez más, Sánchez Chamorro nos transportaba a su fantasía de
letra apretada con Idilliana. Javier de Tena y J.C. Falcón también nos llevaban
por el camino de la ficción.
Cerraba la Revista una novedosa sección de vistas panorámicas de
Cazalla, no reproducidas con suficiente nitidez.
En total unas 45 páginas de texto, más las cinco citadas de
material gráfico, unidas a las 45 de publicidad, con sus portadas y
contraportadas, conformaron esta Revista.
Y, doblando
el decenio, nos encontramos con la Revista de 1990. Es la Revista de la Portada de los tejados de Cazalla, vistos
desde la torre de la parroquia.
El formato se reduce, como tanteando, en busca de un modelo
definitivo. CARMOGRAF sigue con la impresión.. El color ya lo inunda todo.
El Sumario, más completo, con títulos y autores, aunque seguimos
sin paginación. Editorial un tanto extraña, anómala, en el sentido de aparecer
firmada nominalmente por el Presidente del Centro Cultural. Abordando críticas,
autocríticas, solicitando apoyo colectivo y reconocimiento para el esfuerzo y
la labor de quienes hacen la Revista.
Muchos y variados artículos. Entre lo oficial, la crítica y lo
creativo.
Los “temas locales” de Manuel Domínguez tratan sobre el
abastecimiento de agua potable a la población, su historia y el soñado proyecto
del Pantano del Sotillo. José Mª Pérez nos habla de cómo era el alumbrado
público a principios del siglo XX. Jorge Damián Llave lo hacía sobre El
Pintado. Y también se contaban algunas anécdotas sobre fiestas con toros en
Cazalla en el siglo XIX.
La Granja-Escuela se está poniendo en marcha. Exhaustivamente, se
informa sobre los Morales: situación, diagnóstico y recomendaciones. Y se
escribe sobre las vías pecuarias: enumeración, descripción y detalles. Y
también sobre la declaración del Parque Natural de la Sierra Norte, legislación
y características, con la sugerencia de que cambie su nombre por el de “Sierra
Morena de Sevilla”. Por otra parte, siguiendo con la naturaleza, se da cuenta
de actos de vandalismo contra la riqueza cinegética.
La Escuela Taller y sus logros seguía siendo protagonista de
nuestras páginas y se anunciaba el Centro de Educación de Adultos.
Una interesante entrevista a las “niñas de la Cooperativa” de los
pantalones (otra más), en la que se daba a conocer al pueblo la intensidad y
características del trabajo que realizaban en su empresa. Y unos “Desocupados”
dialogaban repasando las obras y otros asuntos de la actualidad local. También
algún “Desvelado” exponía sus críticas a la ruidosa madrugada cazallera: la
“movida” controló la calle.
Otros resaltaban las
excelencias y la necesidad del Carnaval en auge. Alguien, reflexionando sobre
las cosas que no estaban de moda,
hacía cierto panegírico de Vallejo- Nájera: todavía no se habían difundido los
“logros” de sus investigaciones filonazis.
También se traían a
colación recuerdos infantiles de unas traumáticas primeras experiencias
escolares.
Se escribió, vocativa y místicamente, sobre la Semana Mayor, la
parroquia cerrada y otras referencias evangélicas. Y, en diálogos psicológicos,
sobre las relaciones personales, con tinte radiofónico.
Manuel Sánchez Chamorro nos volvía a regalar otro impresionante y
magistral relato de nuestra Sierra: “La soga del ahorcado”.
Y un pleno municipal, ficticio y satírico, anónimo, de lírica no
muy conseguida.
Críticas, directas y fotográficas, a la situación del
Polideportivo. Y sobre la prohibición de jugar al ajedrez en cierto
establecimiento público de hostelería.
La poesía siguió brillando en las estrofas de nuestros poetas y de
nuestras poetisas, así como en algunas de las fotografías a todo color de
Guillermo Hidalgo.
Manuel Carlos Pérez nos presentaba un amplio y detallado estudio
sobre los peces de los ríos y riveras de Cazalla y su Comarca.
Y, al final, un elemento curioso jamás visto en nuestra
publicación: una encuesta del Centro Cultural José Mª Osuna (los editores) para
ser respondida por los lectores y colaboradores de la Revista, en la que
recabar su opinión de cara a una mejora en su diseño. Ignoramos cuántas
llegaron a ser contestadas y recogidas y en qué sentido pudieron modificar las
siguientes publicaciones y, en general, la labor de comunicación de la
Asociación Cultural.
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