Antonio Carmona Granado
Los pueblos, a lo largo de su historia, pasan por
circunstancias de todo carácter, unas veces felices, otras desgraciadas. La
altura de las colectividades queda reflejada en su capacidad de reacción ante
esas circunstancias adversas.
Cazalla, por supuesto, se ha encontrado, en su pasado,
con momentos difíciles que han cuestionado su supervivencia. Tal fue el caso de
la pestilencia de 1649, que dejó la población reducida a la mitad, situación de
la que no comenzó a recuperarse casi hasta finales del siglo siguiente.
Pues bien, a comienzos del siglo XIX, nuevamente, las
circunstancias adversas hacen acto de presencia en la vida de Cazalla.